La danza se baila cuando tu cuerpo yace quieto, frío y aturdido y yo me refriego las manos al borde de la cama esperando el minuto exacto de abrumarme sobre tí.
A veces me pregunto si es todo cosa del contacto o si de verdad te interesa que te suspire en el cuello mis ideas. La danza se baila cuando las piernas se congelan a modo de espasmos temporales sobre el aire, cuando te contemplo como un niño que ha perdido a su madre y tú a mi como esa niña que jamás quiso crecer con los gritos de un mal padre.Supongo que después de todo busco en tí lo que no hallé en el resto, una mera ilusión una esperanza que me devuelva al universo, que me haga sentir que cada mancha, cada cicatriz de mi cuerpo no es una ofensa natural y al contrario es una pintura a punto de ser expuesta frente a la más refinada crítica, que en este caso son tus pequeños y oscuros ojos.
La danza la bailamos los dos, solos, sin ropa que ofenda, sin prenda que nos haga ser reales para el resto, la bailamos quietos y a ratos melancólicos apoyamos nuestras cabezas en el hombro opuesto y nos tambaleamos a modo de consuelo. La bailamos sobrios y drogados del éxtasis que nos produce el tacto, la bailamos enfermos y sanos de tanto amor. A veces nos tropezamos y tu gentilmente me recoges a golpes, a veces tu te caes sólo y te veo y me río hasta que me salen músculos en el abdomen y luego me agacho te miro un buen rato y te tomo la mano y agresivamente te levanto a caricias. Estamos solos acá, luchando por conocernos, solos intentando aprendernos nuestros cuerpos de memoria, inventándonos vicios que impliquen ser "uno" todo el día. Te ofrezco a mis Dioses a modo de sacrificio, saco mi arma y te beso hasta matarte, me muestras tú tus doctrinas las que siempre implican dejarme la espalda morada y yo me sonrojo.
Estamos solos en esto porque nacimos solos, y después de criarnos como huéspedes decidimos juntarnos un día en esta cabaña, en esta habitación, en este segmento de cerebro, en estos sesos que salieron de tu cabeza como arañas agilizando la corriente de mi boca, fluyendo a través de mis venas, esos sesos que formaron y plasmaron nuestro refugio, porque yo no existo y tu no existes más que como tatuaje en mi piel, tu nombre tiene la misma cantidad de letras que el mío, tu nombre es el mio, pero codificado y amarrado a mi piel. Me estás enseñando a amarte de la forma más genuina, me estás enseñando a marcarte como quién marca al ganado y no me quejo, porque no existes más que en mis sesos hipócritas que pasan de mano en mano intentando articularte como algo más que un nombre de siete letras.
Nos vamos a morir, te estoy enseñando a amarme violentamente, como quién se lija el corazón, pero es mi manera de sentir que somos reales, amándote soy real. Amándome sabes que tu rutina es más que un par de chicas. Juguemos entonces, hasta que se calcinen nuestras vidas y bailemos.
1 comentario:
lo primero que leo de ti
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