La creación"de tema libre" bajo presión suele ser un reflejo de nuestros miedos. Siempre quise ser brillante, algo por lo que mis padres sintieran alegría, un buen trabajo, una creación decente, valorada.
Pienso que la vida está llena de estúpidas presiones donde la felicidad que nos deja la "madures" es objeto de deseo que no necesariamente responde a lo que nuestros corazones necesitan para sentirse plenos, como una meta universal que no nos sirve a todos, ¿me entienden?
Escribo todo esto en un cuaderno porque la tecnología nos arrebató toda pasión, el teclado es una extensión de mi brazo y la tinta se fue de todas partes, seré un escritor digital, (pensé mirando el techo) por lo que nadie sabrá si son sinceras mis palabras, si la hoja estaba húmeda o con una marca de café, si escribí apurado o si soy una persona más bien perfeccionista, nadie sabrá nada de mi excepto mi nombre en la portada y que la letra arial me parece bastante prolija, si tengo suerte tendré dinero para imprimir una foto intelectual en blanco y negro que mirará con seriedad como posando para algo profundo que en realidad es pánico a las cámaras y al camarógrafo que por muy amistoso que sea me causará miedo de todas formas porque a mi todo me da miedo, incluso cruzar la calle o pillarme con un gemelo perdido en el metro o comprar el pan y que venga uno que otro quemado y se burlen de mi en casa o que me entreguen mal el vuelto o que las monedas vengan infectadas de un virus contagioso que concluirá agotando mis días de vida que en realidad nunca pude afrontar de manera seria.
Todos creerán con mi foto en blanco y negro que soy huraño, que terminé mis días en una cabaña a la orilla del mar, que fui exitoso, que tuve un gato caro y que mi mujer me dejo por mis problemas con el alcohol y que fumo cuando amanece y que tengo un estricto código donde escribo a diario dos o tres antes de dormir por el cansancio provocado por mi melancólica mentalidad y mis altos cambios de estado pero la verdad es que no, soy un simple estudiante que no sabe si terminará de estudiar lleno de ojeras y un rostro demacrado por las altas exigencias de este país que parece que nos crea siendo piezas de máquinas mas que de seres humanos, las horas de la universidad son tan abismantes que con suerte puedo cuidar mi alimentación y he ahí, otra causa de muerte.
Leerán mis historias de una vez y si soy mediocre no las leerán y nuevamente discuto mi relevancia como individuo en este universo donde nadie sabe que respiro a diario y donde existieron personajes tan espeluznantes como Dalí o Borges, donde ya no tengo nada que hacer que no sea asociado a alguien que estuvo vivo pero que seguramente murió pues, por la muerte ¿qué más? quizás me sentiré especial imaginando que soy una reencarnación y por eso tengo todo el derecho de tener aires en cuanto a su trabajo más no, la verdad soy simple, es mi primera vida y posiblemente la última y nada tengo que meterme a hablar de temas divinos que mi cabeza no logrará concretar porque aquí nadie te da las llaves ni las pistas para saber qué diablos haces metido entre tanta plaga humana o divinidad humana. Me preocupa el título de esta publicación, me he hecho ciertamente paranoico porque ya saben: enfermedad del siglo junto al ego que claramente es lo que la lleva. Bien, me siento incapacitado para continuar con algo trascendental y es por eso que doy por concluido mi texto virtual, porque no quise que terminara inconcreto como el noventa porciento de acciones que he realizado en los últimos veinte años de vida, al menos así me sentiré dueño de algo.
Pienso que la vida está llena de estúpidas presiones donde la felicidad que nos deja la "madures" es objeto de deseo que no necesariamente responde a lo que nuestros corazones necesitan para sentirse plenos, como una meta universal que no nos sirve a todos, ¿me entienden?
Escribo todo esto en un cuaderno porque la tecnología nos arrebató toda pasión, el teclado es una extensión de mi brazo y la tinta se fue de todas partes, seré un escritor digital, (pensé mirando el techo) por lo que nadie sabrá si son sinceras mis palabras, si la hoja estaba húmeda o con una marca de café, si escribí apurado o si soy una persona más bien perfeccionista, nadie sabrá nada de mi excepto mi nombre en la portada y que la letra arial me parece bastante prolija, si tengo suerte tendré dinero para imprimir una foto intelectual en blanco y negro que mirará con seriedad como posando para algo profundo que en realidad es pánico a las cámaras y al camarógrafo que por muy amistoso que sea me causará miedo de todas formas porque a mi todo me da miedo, incluso cruzar la calle o pillarme con un gemelo perdido en el metro o comprar el pan y que venga uno que otro quemado y se burlen de mi en casa o que me entreguen mal el vuelto o que las monedas vengan infectadas de un virus contagioso que concluirá agotando mis días de vida que en realidad nunca pude afrontar de manera seria.
Todos creerán con mi foto en blanco y negro que soy huraño, que terminé mis días en una cabaña a la orilla del mar, que fui exitoso, que tuve un gato caro y que mi mujer me dejo por mis problemas con el alcohol y que fumo cuando amanece y que tengo un estricto código donde escribo a diario dos o tres antes de dormir por el cansancio provocado por mi melancólica mentalidad y mis altos cambios de estado pero la verdad es que no, soy un simple estudiante que no sabe si terminará de estudiar lleno de ojeras y un rostro demacrado por las altas exigencias de este país que parece que nos crea siendo piezas de máquinas mas que de seres humanos, las horas de la universidad son tan abismantes que con suerte puedo cuidar mi alimentación y he ahí, otra causa de muerte.
Leerán mis historias de una vez y si soy mediocre no las leerán y nuevamente discuto mi relevancia como individuo en este universo donde nadie sabe que respiro a diario y donde existieron personajes tan espeluznantes como Dalí o Borges, donde ya no tengo nada que hacer que no sea asociado a alguien que estuvo vivo pero que seguramente murió pues, por la muerte ¿qué más? quizás me sentiré especial imaginando que soy una reencarnación y por eso tengo todo el derecho de tener aires en cuanto a su trabajo más no, la verdad soy simple, es mi primera vida y posiblemente la última y nada tengo que meterme a hablar de temas divinos que mi cabeza no logrará concretar porque aquí nadie te da las llaves ni las pistas para saber qué diablos haces metido entre tanta plaga humana o divinidad humana. Me preocupa el título de esta publicación, me he hecho ciertamente paranoico porque ya saben: enfermedad del siglo junto al ego que claramente es lo que la lleva. Bien, me siento incapacitado para continuar con algo trascendental y es por eso que doy por concluido mi texto virtual, porque no quise que terminara inconcreto como el noventa porciento de acciones que he realizado en los últimos veinte años de vida, al menos así me sentiré dueño de algo.
1 comentario:
Y, bueno, si sale en twitter, lo leo, supongo...
Creo que me quedé en la primera línea. Pensé y, de hecho, me emocioné un poco en pensar que el tema del "tema libre" bajo presión era el reflejo de nuestros miedos sería lo principal. Pero parece ser más vagaciones de medianoche, lo cual, no malinterpretes; es común y bueno.
Creo que voy a hechar una mirada a los otros escritos por ahí. Se ven buenos, y siempre es bueno vitrinear nuevos blogs de vez en cuando.
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