Volvi cansada a la habitación, el cielo negro se fundia con el techo de mi prima, sus conmovedoras anotaciones, sus pasajes indecorosos, su vida.
Tragué con cautela los pormenores de su vida, con la esperanza de relatarte con alma abierta cada sensación que de su boca absorbí, racimo puro de su fruta sedienta, racimo puro de sus ya cansados ojos, ojos que no descansan con el boche de un niño, trabajo inalterable de lo que es eterno.
En la penunmbra te reflejaba, una polilla, una luz sutil reflejaba tus vividores ojos, te ví en el techo y me sorprendí a mi misma de añorarte ¿sabes? dije, hey este tipo me mantiene atado en la vida ¿me enamoré?
¡échale un trago a la niña! ¿la niña toma? sí, esta regia, Mariela ya creció y tiene cuerpo de mujer. Me roburicé y terminé por hacer mías todas esas cervezas.
¿y cómo es esto? ¿tan bonita y tan soltera?
el amor es pa' ociosos respondí rudísima.
Y el tío Roberto de quién luego les hablaré me miró y dijo : pasa que nunca te haz enamorado.
Sentí que algo se clavaba directamente en mi sien, luego en mi garganta, luego en mi rostro, luego en mi corazón y con mi padre en mesa grité : ¡pasa que el único hombre que quise jamás me amo!
un silencio sepulcral seguido de miradas en el suelo y luego un brindis por mi amor de seis años...me sentí tan vacía, tan pensando en tí.
Guardaron silencio en honor a mi desdicha y entendí que todos tenian grandes espinas independiente de la edad, todos habían sentido al amor de sus vidas pudrirse dentro suyo.
Hablé con mi nuevo tío y le dije, es que yo quiero viajar por el mundo, es que yo quiero conocer México por ejemplo.
El era marino y conocía a perfección la insertidumbre de la vida, muchas risas, mucho compartir, yo recuerdo este par de noches como eternas dibujándote entre los surcos de la pared.
En un minuto enloquecí y dije ¿qué mierda? sólo quiero coger contigo, ¡qué mierda! mi sueño es ese, de momento a momento, de trago en trago. Veo ahora a mi gente bailando, cacareando, siendo feliz, mirándome como si no pillaran en mí a la pequeña Mariela que miraba con ojos grandes como gesticulaban sus anécdotas, sus ojos se contraen , se expanden, los colchones se tiran en el suelo, es hora de mendigar entre la tierra, es hora de saborear lo que tanto extrañé, de dejar la internet, de sumirme en el mundo fraternal, el que trae mis entrañas, el vientre que me engendró, la cama que me parió, los pechos que me dieron de comer.
Lo más fuerte de esto no es volver a mi raíz, lo fuerte de esto es volver acá e imaginarme cogiendo contigo o besando tus sudados extremos, tu piel con frío, tus ojos cansados, masajear tu carácter, alimentarme de tu personalidad, eso me extraña, volver y ver como el mundo cría, como todos hacen sus familias y yo sin planes magnificándome en tu ausencia, me duele, me jode e indispensablemente me da potencía para seguir contemplando amaneceres a incontables kilometros de distancia y saberte en mi boca mientras almuerzo con esta gente, mi gente, saborearte en el vino, en el pollo y sonreír risueña cuando todos creen conocerme.
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